Nunca he conocido hombre más desgraciado que Edgar Allan
Poe. Hijo de una familia de actores, nació en un carromato la madrugada del 19
de enero de 1809 cuando la familia llegaba a la ciudad de Boston. La ruina
familiar hizo que su padre los abandonara, perdiéndole la pista hasta dos años
más tarde cuando fallece. La madre, Elizabeth "Eliza" Arnold Hopkins,
también corrió la misma suerte al morir por culpa de la tuberculosis. Poe es
separado de sus hermanos y acogido por el matrimonio Frances y John Allan.
Ellos, pese a estar bautizado y reconocido como un Allan, no lo adoptaron
formalmente para evitar que pudiera heredar su fortuna. Se dice incluso que, ya
siendo un escritor, era tal la enemistad con su padre “adoptivo” que siempre
firmaba las publicaciones sin el apellido Allan: “Edgar A. Poe”.
Era un niño débil, temeroso y tímido que buscó refugio en la
fantasía como única salida a ese oscuro mundo de muertes y separaciones.
El padre “adoptivo” era un rico comerciante de algodón y tabaco, de ascendencia escocesa, con negocios tanto en Estados Unidos como Inglaterra. Los primeros años los pasó en disciplinados colegios de varias ciudades británicas incluida la antigua metrópolis de Londres. Se dice que el frío clima y el lúgubre paisaje de la Inglaterra isabelina marcaron el carácter definitivo de Poe. Por primera vez sintió el miedo, lo sobrenatural. Años después recordó aquellas casas oscuras y misteriosas, llenas de siniestras sombras. Allí estudió a los clásicos y aprendió francés y latín. Pero también las leyendas y el folklore que le sirvió de inspiración a sus novelas góticas.
Primeros amores
A los catorce años era un joven inquieto que se enamoró de Mrs. Stanard, la madre de un compañero de estudios. Tal fue la pasión que tenía Poe por esta mujer, de treinta años, que le dedicó el poema To Helen. Sin embargo, el amor duraría poco porque meses más tarde falleció.
En 1826, con 17 años, empieza a estudiar lenguas en la Universidad de Virginia. Si bien se dedicaba a devorar libros y demostrar una imaginación sin límites, su soledad le llevó a tomar hábitos poco saludables como el juego, el alcohol y las drogas. La universidad se convirtió de la noche a la mañana en una taberna.
Su estancia como universitario duró solamente un año ya que su expulsión y las deudas le obligaron a buscarse la vida en el ejército. Pasó varios años en Fort Independence y West Point, llegando a sargento mayor de artillería. Hasta ese momento solo escribió libros de poemas. Tras pasar por la Academia Militar de West Point regresa con su tía a Baltimore instalándose en una vieja buhardilla.
Una vida de ensueño y pesadilla
Agosto de 1831, tras la muerte de su hermano Henry por alcoholismo, sería la fecha de inicio de su carrera como escritor y periodista. Fueron años de gran producción literaria aunque sin grandes beneficios económicos. Esto se debió en parte a la falta de una ley de derechos de autor lo que permitía a los editores estadounidenses plagiar obras extranjeras, preferiblemente anglosajonas. La economía tampoco andaba en sus mejores momentos por culpa de la fiebre especulativa. Prueba de ello fue el llamado Pánico de 1837, algo así como el Jueves Negro de 1929 dando paso a la Gran Depresión.El 22 de septiembre de 1835, concretamente un martes, se casó en secreto con su joven prima Virginia Eliza Clemm de trece años. Fue el gran amor de su vida y fuente de inspiración para gran parte de relatos y poemas. De hecho, los personajes femeninos que salieron en sus obras se parecían en gran medida a la delicada y sensible Virginia.
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Virginia Eliza Clemm |
Viajaron tanto como empleos tuvo Poe, incluso montó una casa de huésped que regentaron Virginia y su suegra Maria. A pesar de los relatos, poemas, reseñas y críticas, la situación económica no mejoraba. En 1840 intentó fundar el diario Stylus en Filadelfia sin éxito alguno. Cuando parecía que la suerte le acompañaba, en enero de 1842 volvió la desgracia para Poe. Su esposa Virginia tenía tuberculosis. Esta enfermedad afectó hasta tal punto al escritor que comenzó a beber y consumir láudano (con componente de opio). Pero también supuso una época de excelente producción literaria como la publicación del segundo volumen de Las narraciones extraordinarias. Nuevamente cambió de ciudad y empleo hasta que publicó en 1845 el poema El cuervo. El éxito fue tal que supuso un impulso para su carrera y una mejor vida social. Lo curioso es que solo obtuvo nueve dólares por el poema. Fue publicado en el Evening Mirror y para su composición se inspiró en la novela Barnaby Rudge de Charles Dickens.
Las malas lenguas aseguran que por esas fechas tuvo una aventura con la poetisa Frances Sargent Osgood, permitiendo a la ociosa clase intelectual de la época hacer todo tipo de comentarios y habladurías. Lo cierto es que detrás de los rumores estaba la escritora Elizabeth F. Ellet que los propagó por rechazarla el escritor.
Tras los diversos escándalos y el cierre del Broadway Journal donde trabajaba como redactor jefe, en 1846 se marcha a Nueva York. Cuentan que habían llegado a una pobreza tan extrema que la suegra de Poe salía todas las noches a robar verduras de los huertos vecinos. Poco tiempo después, el 30 de enero de 1847, fallece Virginia. En ese momento Allan Poe se vuelve inestable, depresivo y desesperado. Algunos afirman que frecuentó tabernas pidiendo una copa de absenta (conocida como Diablo Verde) a cambio de un cuento de terror. También se rumorea que tuvo un intento de suicidio sin éxito. De su figura podemos encontrar la famosa fotografía de semblante triste y melancólico hecha poco después de su intento de auto-asesinato.
Y cuando parecía que todo volvía a la normalidad…
En 1849 se encontró con un antiguo amor de juventud, Sarah Elmira Royster, quien le propuso matrimonio. Ella aceptó a cambio de que Poe dejara el alcohol y el opio. En el mes de octubre de ese año se casaron y cuando parecía que la vida volvía a sonreírle desaparece misteriosamente.
Fue el miércoles, 3 de octubre de 1849, cuando aparece en Baltimore. Estaba tirado en el suelo, lleno de espanto, de un callejón. En principio no lo reconocieron porque se encontraba en un estado deplorable, totalmente sucio y con ropas de mendigo. Según cuentan muchos autores deliraba, con la mirada perdida, llamando a un tal Reynolds. Repetía una y otra vez la frase “¡Que Dios ayude a mi pobre alma!”. James E. Snodgrass, un viejo amigo, lo reconoció e inmediatamente lo llevaron al Washington College Hospital. Murió el domingo, 7 de octubre, a las cinco en punto de la madrugada.
Si la desaparición fue
misteriosa, más aún la muerte. La causa pudo ser de delírium tremens, ataque
cardíaco, epilepsia, sífilis, meningitis, cólera, inflamación cerebral o
alcoholismo. Digno de estudio. Y si no fuera suficiente misterio, los informes
médicos y el certificado de defunción se perdieron. Al funeral acudieron pocas
personas y, durante veinticuatro años, su tumba consistió en una lápida con el
número 80 marcado. Parece que después de tanto tiempo alguien sintió
remordimiento de conciencia y pidió que se le recordara como el personaje que
fue. Y qué mejor tumba que la coronada por un cuervo. Nuevamente fue enterrarlo
junto a su esposa Virginia y su suegra Maria.
El misterio de Eleonora
En 1842 Poe publica el cuento romántico Eleonora, justo el mismo año que se descubre la enfermedad de su amada Virginia. El cuento narra la historia de un hombre que vive con su prima y su tía en un paradisíaco valle. Pero al cabo de un tiempo ella enferma. La bella mujer teme que a su muerte el protagonista vuelva a casarse con otra. Él le jura que nunca contraerá matrimonio con ninguna hija de la Tierra. Pero no será así.Sin revelar el final, podría encontrarse una relación entre la muerte de Virginia y la desaparición de Poe tras su matrimonio en segundas nupcias con Sarah Elmira Royster. Él estaba profundamente enamorado de su prima, la idolatraba, como la relación del protagonista del cuento con Eleonora. Pero el casamiento con el amor de juventud pudo ser otro de los desencadenantes para su locura junto al alcohol y las drogas. ¿Había roto la promesa a Virginia? ¿Había manchado el amor puro que había entre los dos? ¿La había abandonado? Quizás la conciencia le dijo que no era digno de vivir con esa culpa, con ese tormentoso remordimiento, rogando a Dios que se apiade de su alma.
Y el enigma siguió
No obstante, y fiel a su vida y obra, hoy día sigue existiendo cierto misterio en torno a la tumba de Poe. Según cuentan, desde que en 1949 se cumplieran cien años de su fallecimiento hasta 1998, cada 19 de enero sobre las doce y cinco de la mañana alguien dejaba en su tumba tres rosas y una botella de coñac. Un tributo al puro estilo gótico.
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